miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ñane Ramói Papa

Nuestro abuelo último y primero; así se denomina a Lo que estableció cómo habrían de ser las cosas.
Esta creencia coincide con el Tao, con el Dios profundo de los Egipcios, con el Dios Mayor de los mayas, con el origen y la causa de todo de los Shelk´nam, con el Gran Abuelo de los abipones.
El paso somero por la tierra tiene por finalidad alcanzar una perfección espiritual, un estado de plenitud, el aguyje. Para ello se debe convivir armónicamente con los semejantes y fundamentalmente con la naturaleza que nos rodea.No sólo se ha de usar la naturaleza pensando fraternal y solidariamente en los demás; la naturaleza es una vasija contenedora; es la que nos otorga nuestra esencia, la energía vital y la espiritualidad.
Y es la naturaleza misma la que se manifiesta para advertir o sancionar a quienes osan abusar, profanar o usurpar lo que es para todos.

Basta esta sola referencia para advertir que que pueblos primeros provienen del otro lado de la "Historia", vienen de regreso de la evolución.

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