lunes, 29 de septiembre de 2008

La ciencia de la longevidad

©Marta Balbi La extraordinaria longevidad de los guaraní se debe a su sobriedad y hábitos higiénicos.

Los guaraní puros cuidan muy esmeradamente su salud mental manteniendo el ánimo sereno y tranquilo y practicando la alegría de vivir.

Fuman, toman mate y beben chicha, pero nunca cometen excesos. Comen la fruta en su justo punto de maduración y los alimentos bien cocidos.

Practican el ayuno obligatorio en muchas ocasiones. El ayuno guaraní es una verdadera institución. Se ayuna por diversas causas: ayunos místicos, ayunos medicinales, ayunos de educación de la voluntad, y otros eventuales. Lo consideran como un ejercicio necesario de tiempo en tiempo, y sacan motivo de orgullo en no ser esclavos del comer. Los ayunos místicos siempre fueron frecuentes.

Así ayuna el médico antes de intentar una de sus evocaciones y aún para la preparación de ciertas sustancias o medicamentos.

Por el nacimiento de un hijo, el padre también tiene que ayunar, firme y contento a la vez.

Aseo esmerado hay en las comidas y todo lo referente a la preparación de los alimentos.

Salvo los días de comida en común (fiestas o reuniones públicas), cada persona tiene su propia vajilla y hasta mesa aparte. Sobre la mesa se pone el más aseado de los manteles, que es una verde hoja de banana. Siempre antes de comer lavan las manos con mucho cuidado.

El aseo del cuerpo. Hombres, mujeres y niños, al levantarse van a lavarse y nadar a los arroyos, por más frío que haga. Entran al agua, mojan la cabeza, luego se lavan todo el cuerpo y zambullen...y algunos días hay, en que lo hacen más de 12 veces.

Viven en íntimo contacto con la naturaleza, y en estas circunstancias el más higiénico vestido es la desnudez.

Ciertas partes del cuerpo requieren un cuidado especial. Así los chiriguano se limpian la cabeza mediante las semillas machacadas de Ñandyra, cuidan también mucho de sus uñas, y no menos de las de los pies. El lavarse la cabeza con el jabón natural que ciertos vegetales contienen era uso muy general y ha persistido en todas partes donde haya población de cruza Guarani inclusive. Las mujeres ocultan con gran cuidado su menstruación.

La urukuización. Cada mañana, después del primer baño, y previo secarse perfectamente, todo varón se hacía frotar todo el cuerpo con un ungüento hecho de uruku (árbol neotrópico común), materia colorante que se forma en torno a las semillas; esta operación la hace la mujer u otra persona de la casa por medio de una esponja. Resulta así, que todo el cuerpo, inclusive el rostro, presenta un tinte colorado pálido especial, bastante lustroso, extraño, pero no desagradable a la vista. Cada mañana temprano el hombre se lava vigorosamente todo el cuerpo, hasta que el residuo del uruku del día anterior desaparezca casi completamente. La urukuización se conservó a través de las edades y del continente.

Los ejercicios físicos empiezan desde la infancia. Se puede decir que el niño guaraní es sometido al ejercicio desde su nacimiento. No conoce faja ni mucho abrigo ni mucho reposo, porque la madre seguidamente le lleva consigo en sus diarias ocupaciones y en sus viajes, en espera de que el padre, si el hijo es varón, lo tome muy tempranamente a su cargo para que le acompañe en todo, que no sea el combate o en las reuniones públicas.

El sueño. Llegado el sueño, el indio va a la hamaca. No conoce eso de resistirse al sueño ni el tomar mate o algo parecido para perder el sueño. Cuando le da, se acuesta y duerme, no haciendo caso de los demás. Cuando no tiene hamaca y no puede hacerse una cama duerme sobre el suelo, cubriéndose el tronco y la cabeza, y con los pies desnudos cerca del fuego, que mantiene prendido toda la noche.

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