Los shamanes mezclaron a veces la bebida alcohólica con tabaco para maximizar su efecto. Los chamanes Taíno tomaron la cohoba para curar enfermedades de pacientes y para garantizar el bienestar de la comunidad. Los Caciques tomaron la cohoba para comunicarse con los zemies (ancestros y espíritus), que actúan como intermediarios entre la existencia de las personas y su ámbito sobrenatural.
Antes de la ingestión de tales mezclas alucinógenas, los caciques y shamanes vaciaban el estomago, con ayunos de hasta 7 días, con el fin de consumir el “puro alimento” de los espíritus. Entonces, para inhalar las pequeños porciones usaban delicadas bandejas de madera o de huesos.
Antes de la ingestión de tales mezclas alucinógenas, los caciques y shamanes vaciaban el estomago, con ayunos de hasta 7 días, con el fin de consumir el “puro alimento” de los espíritus. Entonces, para inhalar las pequeños porciones usaban delicadas bandejas de madera o de huesos.
El Taíno cree que es posible viajar al reino sobrenatural
durante trances inducida por la cohoba.
Como una de las sustancias psicoactivas más fuertes
utilizado en el mundo prehispánico, hoy en día la cohoba sigue siendo usada por
los shamanes en la cuenca amazónica de América del Sur. Los efectos de la
cohoba hacen al usuario ver el mundo de una manera invertida: las personas, los
animales y los objetos aparecen boca abajo; movimientos y gestos se invierten y
las percepciones se caracterizan por la constante variabilidad de formas y
colores caleidoscopios. Todo es lo opuesto y el inverso del aquí y ahora,
intensamente coloreadas, y completamente mutables.
Muchos obras Taíno están asociadas con la ceremonia de cohoba, en especial las espátulas de vómitos están exquisitamente talladas con animales feroces y por imágenes que nos hablan del otro mundo. Así las espátulas son únicas en el arte precolombino.
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